El Dios eterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos. Expulsará de tu presencia al enemigo y te ordenará que lo destruyas. Deutoronomio.33:27 (NVI)
Desde muy pequeña sentí un gran temor de acercarme a mi papá, tal vez el no pasar mucho tiempo con él hizo que me distanciara de su presencia y en algún momento llegué a pensar que no le importaba mucho, pero cuando atravesé por una circunstancia que escapaba de mis manos pude entender lo mucho que me amaba, porque él dejó todo por tomarme en sus brazos para consolarme, en ese momento sentí como toda barrera se rompía.
Muchas veces por temor, no permitimos que el amor de Dios llene cada rincón de nuestras vidas y dejamos que nuestra alma y corazón se llenen de angustia hasta llegar a perder de vista nuestra posición como hijos de Dios.
¿Quién de nosotros no ha sentido que las luchas de la vida diaria y la presión nos debilitan y pareciera que cada día estamos más cerca de rendirnos ante la adversidad?
Si los problemas han estado aplastándote, necesitas un lugar donde descansar, por supuesto que no hay mejor lugar que los brazos de papá Dios, es ahí donde los “brazos eternos” de nuestro Papá nos cargarán, nos abrazarán y nos llevarán, como un padre carga a su hijo cuando llueve y lo protege, así es nuestro Padre celestial, nos llevará en sus brazos hasta el final de la tormenta.
Tal vez le has fallado muchas veces a Dios y sientes temor acercarte a Él, pero debes tener en cuenta que su amor por ti es tan grande que no le importarán tus errores, Él sólo desea tomarte en sus brazos para darte su amor.
Déjate tomar en los brazos de tu Padre celestial, Él nunca te abandonará, su amor es suficiente para llenar los vacíos de tu corazón.
Por Ruth Mamani