Cuando nos preguntan: ¿Cómo eres? Es sencillo evaluarnos y decir: “soy bondadoso, honesto y fiel”, pero es interesante analizar cómo te calificarían las personas que te rodean, la realidad es que ellos serán una evidencia de cómo realmente eres.
En una ocasión fueron a buscar a una mujer que profesaba ser seguidora de Cristo, la sorpresa fue grande al observar que ningún vecino tenía una imagen buena de ella, la conocían como una mujer mala y problemática. ¿Cómo te conocen a ti? ¿Qué imagen tienen de ti tu esposo (a), hijos, parientes, amigos y vecinos?
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Efesios 5:1-2
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. Efesios 5:8
Una persona que realmente ha conocido a Cristo manifiesta un verdadero cambio, precisamente porque ha tomado la decisión de renunciar a las tinieblas y ser luz, vivir la vida imitando a Cristo y dando amor en lugar de problemas.
Esto me recuerda a la historia del amigo de mi padre, este hombre estaba a un paso de divorciarse, porque era violento y en su relación solamente existían gritos e insultos. Un domingo fue a jugar fútbol y al no llegar el equipo contrario regresó temprano a casa; como su esposa se había ido a la iglesia la puerta estaba cerrada y tuvo que ir a buscarla. Al esperar escuchó parte de la enseñanza, se puso de rodillas y se entregó a Cristo.
Esta anécdota no termina ahí ¡este hombre era otra persona! su familia, amigos y vecinos dan testimonio del cambio que tuvo, es hombre hogareño, en su casa ya no se escuchan gritos sino risas, sus hijos están contentos porque su padre ya no es violento sino cariñoso. ¿Cuál es tu historia?
Si eres una persona que ha decidido aceptar a Jesús ¡tienes que saber que tu historia no termina ahí!
¡Si antes eras tinieblas ahora debes ser luz! Si en este momento tu testimonio está por los suelos te animo a empezar de nuevo, vuelve a entregar tu vida a Cristo, ¡pero esta vez hazlo en
se
rio! Muestra a todo el mundo que eres diferente.
¡Muestra a todos que Dios está en tu vida!